VARIOS HÉROES, EN UNA CORONACIÓN ÉPICA DE LOS LEONES

Escribir una crónica, después de la obtención de un campeonato, no es fácil, y no por la efusividad del momento ni el hecho de que la carrera del gane cayó cerca de la primera media de hoy martes, sino porque todos, sino es que la gran mayoría exaltan al que dio el batazo ganador, como ha sucedido hoy con el dominicano Jesús “Cacao" Valdez, quien hizo que los Leones de Yucatán le ganen 6-5 a los Tigres de Quintana Roo en la entrada once, y se convierta en el gran héroe.
Sin duda el batazo del “Cacao" fue el del gane y tiene gran mérito, luego de que desee que los de bengala empataron el partido a cinco en la cuarta entrada, ya nadie más pudo  anotar y sí en cambio hubo detalles que pasan desapercibidos por destacar el desenlace y el gran logro: el campeonato de la Zona Sur, luego de que desde 2015 se quedaron en la orilla.
Por eso, no puedo dejar pasar momentos que para mí influyeron a hacer del séptimo juego de la Serie Final del Sur, simplemente inolvidable, emocionante y épico, porque parecía que nadie merecía perder, ya que los Tigres lo dieron todo, y terminaron, quizá con la cabeza baja, pero con el orgullo en lo más alto, por ser parte de un encuentro que emocionó de principio a fin a los seguidores de ambas organizaciones.
Detalles que no deben quedar en el tintero fue aquella reacción del pitcher tigre Javier Solano, luego de ser golpeado por la rola del nicaragüense Evert Cabrera, ya que al no poder tomar la pelota, optó por patearla, como si fuera un balón de fútbol, y el primera base CJ Retherford completó la “joyita" con una estirada de portero. Un gran out, y una gran reacción.
Tampoco se puede dejar a un lado lo hecho por el dúo de relevistas rugidores: Ronald Belisario y Chad Gaudin, quienes a pesar de siempre trabajar la octava y novena entradas, de forma respectiva, o sacar hasta cinco outs, ayer hicieron más de lo que usualmente hacen.
Por primera de cuentas, el mánager Roberto Vizcarra no se anduvo con rodeos a la hora de traer del calentadero a su preparador Belisario, quien  no sólo sustituyó a Yoanner Negrín desde la cuarta entrada, sino que lanzó tres entradas y dos tercios con apenas dos hits, cero carreras, dos ponches y realizó 45 lanzamientos.
Pero si lo de Belisario fue heroico, lo hecho por el estadounidense Gaudin rebasó cualquier expectativa, pues lanzó cuatro grandes entradas con apenas un hit, tres bases y cuatro ponches si  admitir carrera y con 82 lanzamientos, más que cualquier pitcher en el encuentro, de uno u otro equipo, ya sea abridor o relevistas.
Además Gaudin fue un tiro en la Serie Final del Sur, al adjudicarse dos de los cuatro triunfos de los Leones, sumar dos salvamentos y no permitir carrera limpia en cuatro intervenciones en las que sumó ocho entradas.
Sin duda, si habría premio al “Jugador Más Valioso" de la Final sureña, Gaudin sería el gran merecedor, muy de cerca de él, se encuentra el “Cacao" Valdez, quien además de dar el batazo del campeonato, en la serie final conectó nueve hits en 30 turnos, tres jonrones y produjo siete carreras, cuatro de ellas en el partido que comenzó ayer y terminó hoy.
Belisario tampoco cantó  mal las rancheras en la final sureña, pues tuvo cinco participaciones, en las cuales sumó ocho entradas y un tercio con una carrera limpia admitida, cinco ponches y sólo una base por bola regalada.
Mención de honor también merece el receptor Sebastián Valle, quien en los siete juegos de la Final sureña conectó 10 imparables, un jonrón, produjo dos carreras y manejó magistralmente el pitcheo, a pesar de la presión.
En los detalles del séptimo y último encuentro de la Final, tampoco se puede olvidar la labor del pitcher Javier Solano, quien intervino en tres juegos de la serie, con dos victorias en 16 entradas, en las que sólo permitió una carrera limpia. Admirable su disposición.
Fue un gran juego, con muchas emociones y nervios por todos lados, pero sobre todo de gran entrega de dos equipos que no merecieron perder, pero que hoy le tocó a los Tigres volver a casa, aunque con el orgullo fortificado al dar una gran pelea, hasta el último lance.

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