¿La edición de primavera de los Leones de Yucatán es la mejor temporada de toda su historia? Las estadísticas dicen que sí, porque así lo marca el porcentaje de .702 (40-17) en ganados y perdidos, pero que tanto valor tiene una media temporada de 57 juegos contra la de 2016, en la que se jugaron 110 juegos y se tuvo un porcentaje de .700 (77-33).
Realmente, no tiene comparación, y por eso las estadísticas que se logren en éste nuevo formato de dos mini temporadas por año, deben llevar un gran asterisco en la historia de cada equipo, o bien, para ser más justos, se debe sumar ambas para sacar a un verdadero campeón de bateo o de pitcheo, y de todos los departamentos individuales para no acabar de golpe y porrazo con una vasta y rica historia.
Pero como se manejan las cosas en la Liga Mexicana de Béisbol en la actualidad, en la que importa más el espectáculo, el dinero y los patrocinadores que el juego mismo, entonces sólo hay que “apechugar" y esperar que la era de las medias temporadas no pasen de 2018 y todo quede como un triste y fallido invento de un futbolista que intentó cambiar el béisbol.
Regresando al tema de los Leones, creo firmemente que la de 2018 no puede ser la mejor campaña de la historia, porque no es lo mismo tener un porcentaje de más de .700 en 57 juegos que en 110.
Sin embargo, creo que mientras nos ponemos de acuerdo los cronistas sobre si hay que darle el mismo valor a cada edición de los Leones, creo que lo que más nos interesa a todos los que crecimos siguiendo a los melenudos, es sobre sí todo lo logrado, lo cristalizarán con el ansiado campeonato, ese que se consiguió por última vez en 2006.
Sin duda, de la obtención del campeonato dependerá si fue una buena temporada o una histórica temporada. Esto, porque desde 2015, los Leones han sido “amos y señores" de la Zona Sur, y en 2016 y ahora en 2018 han sido los súper líderes de la LMB, y en todo ese tiempo no pasó nada, es más ni campeones sureños fueron.
Por eso, el campeonato marcará si fue o no una buena temporada, porque desde que los hermanos Juan José y Erik Arellano Hernández son los dueños absolutos del equipo yucateco, se han esmerado en construir equipos para ser campeones, con grandes inversiones y jugadores de renombre, pero no lo han conseguido.
Realmente los Arellano Hernández han hecho su parte, y el público se los ha agradecido con tener la tercera mejor asistencia de todo el circuito en 2018 (291,730), aunque como siempre sucede, la afición ha visto crecer también su insaciable deseo de ser campeones a como de lugar, sin importar el rival, o sea hay que ser campeón o nada de lo que se haya hecho importará.
Injusto o no, el deseo de la directiva, es el campeonato; el de la afición, también, pero al final el béisbol será el que decida quién se merece o no alzar el ansiado trofeo de campeón, y ahí no importará si se invirtió poco o mucho dinero, sino quién lo haya respetado y jugado al pie de la letra, en los momentos que más importan.
Al final, sólo un equipo puede ser campeón, aunque ahora lo será de un medio campeonato, y todo por el espectáculo, el dinero y los patrocinadores. Amén.
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